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Miércoles, 01 Marzo 2023 17:47

LO LUNGA NYA

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Bébédjia, 26 de febrero de 2023

LO LUNGA NYA

Hace un calor sofocante. Dicen que en unos días será peor, y así durante un par de meses.

Es posible entender la lentitud con la que caminan, la letargia de las personas que esperan, tumbadas sobre la tierra, días enteros alrededor del hospital. Un grupo de mujeres árabes acompañadas de un hombre de cierta edad se han hecho fuertes en una zona techada próxima a nuestras habitaciones. Pensada inicialmente como una “cafetería”, la pausa es ahora un tenderete con paredes formadas por los paños y pañuelos de preciosos diseños y llamativos colores de nuestras vecinas. Creemos que subarriendan esos metros cuadrados a algún conocido que tenga en Saint Joseph un familiar enfermo.

Los menos afortunados se tumban bajo los árboles y se van moviendo a medida que lo hace el sol.

Hace calor, pero a pesar de ello Martin sigue pasando frío. Su acompañante prematura murió hace unos días durante la noche. Así que ahí está solito, con su madre que se sienta en una de las sillas pequeñas cerca de él pero que solo lo toma en brazos cuando vamos a pasar visita.

El calor es sofocante pero el pequeño Mbai aguanta sus yesos cerrados desde la ingle hsta los pies, su frente llena de sudor que se desliza, en forma de gotas, hacia esos hoyuelos que tanto me gustan.

Los pacientes, en sus camas, siguen tumbados sobre sus gruesas mantas y yo me pregunto cómo aguantan con la torradera que hace.

Aunque hace tanto calor, los recién nacidos llevan todos su chaqueta, su gorros y sus patucos de lana. También Rhut, la limpiadora de la zona de la pediatría, lleva su gorro con orejeras y unas gafas de las que llevábamos en plena época COVID.

Hace mucho calor, a pesar de lo cual los niños siguen caminando kilómetros para ir a la escuela. Los que no tienen esa suerte, siguen en el margen de la carretera vendiendo cuatro cosillas que nadie, nunca, compra.

Hace calor y no hay mucho que hacer para refrescarse. Tan solo encontrar un lugar sombreado donde corra un poco de brisa y dormitar.

El quirófano sigue funcionando, y los cirujanos siguen llevando su delantal de plástico bajo la bata quirúrgica para operar. Quién sabe cuántos litros de líquido pueden perder en cada operación.

Todo es más difícil cuando hace calor, porque además saben que les esperan unos meses en los que los termómetros alcanzarán máximos y no quedará nada para comer de lo que se cultivó en la época de lluvia. Y este año será especialmente duro por las inundaciones que arrasaron con carreteras, viviendas y campos de cultivo.

Hace mucho calor se dice lo lunga nya en ganbae.

Yo ando todo el día sudando, abanicándome con cualquier papel que pillo.

- Lo lunga nya! - les digo todas las mañanas.

Les hace toda gracia que les comente el tiempo en ganbae. Después de sus segundos de carcajadas, me contestan:

- Aie, Paula. Lo lunga nya!

Y para sus adentros pensarán que si me quedará una semana más vería yo lo que es el lo lunga de verdad.

El sábado hicimos una fiesta con los ahijados de Estudiar en Chad. Comieron su boule, nos bailaron y luego les entregamos, uno a uno, unas pulseras con sus nombres.

Fue tan bestia el lo lunga que aquí una no pudo ir a un viaje que tenía previsto hoy a Bebotó de lo mal que me encontraba. Benditas hermanas de Doba, que me acogieron en su casa, me hidrataron y me prestaron una cama para que se me pasara el lolunga. ¡4 horas de siesta del carnero, señores!

Mamá, no te preocupes que por la noche ya estaba recuperada.

Mañana volveremos a intentarlo.

Disfrutad de vuestro cul o nya mientras una aquí se cocina lentamente..

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