Miércoles, 16 Febrero 2022 07:45

El tsunami

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Bébédjia, 10 febrero de 2022
El tsunami

La muerte aquí se celebra más que la vida.
No se festejan los nacimientos.
No se celebran los cumpleaños.
Si alguien enferma, la familia intentará ahorrarse hasta el último franco aunque le cueste la vida al doliente.
Se llevarán a los enfermos a la aldea a morir, como pasó con Orphine, la niña con quemaduras graves que debería haberse quedado para seguir con las curas y para que Elisabeth le amputara la mano, necrosada e infectada. Morirá sola en la aldea, aislada porque cada vez olerá peor su mano putrefacta, ignorada porque la enfermedad en alguien que no ha completado su ciclo de vida “normal” es debida a un mal de ojo o a un pecado cometido por otro miembro de la familia, y debería purgarse.
Si la vida de alguien se ha detenido antes de casarse y de tener descendencia, no se celebrará funeral. Creen que volverá de nuevo a la tierra y se volverá a repetir su malograda vida una y otra vez. Por eso, si te marchas demasiado pronto, puede que te entierren con agujas o pinchos en las plantas de los pies, para que no vuelvas nunca.
Pero si el que fallece no es un niño o un adolescente, comenzará la locura: las jornadas de funeral. Vendrán a celebrarlo los familiares de todos los rincones de Chad. Teniendo en cuenta que se practica la poligamia y que uno puede tener más de 30 hermanos sembrados por aquí y por allá, imaginaos la convocatoria.
Hay madres que dejan a sus hijos en casa para acudir a un funeral remoto de un primo para comprobar, a su regreso, que alguno de los pequeños ha muerto de inanición. Esto ha pasado. Pero se acepta porque la madre iba a festejar un entierro y eso, mes amis, es lo que verdaderamente importa. Siempre.
La comida la proporcionará el familiar más directo (mujer, marido, madre, padre, hermano…) durante los días que duren las exequias (variable según el poderío).
Nos cuentan las hermanas de Bebotó que , últimamente, está muriendo mucha gente de todas edades y que hay familias azotadas con 3 o 4 bajas en un espacio corto de tiempo. Si ya les resulta difícil vivir de lo que cultivan, imaginaos cómo se enfrenta una familia a 4 decesos seguidos. Los dos sacos de milo con los que podría vivir una madre y sus hijos hasta que terminara la época de lluvias, se esfuma. Y no hay manera de intentar razonar con ellos. Lo primero es el muerto. Aunque el fallecido se lleve por delante, finalmente, a todos los miembros de una misma familia.

Por eso igual tiran la toalla tan pronto.. Porque si se endeudan con los tratamientos y finalmente el paciente muere, no podrán enfrentarse al funeral.

Abandonar al enfermo y acompañar al difunto. Así es y así seguirá siendo. Y hay que conocer el por qué de las cosas y aceptarlo para no enzarzarte en una discusión inútil cuando luchas para que no dejen morir a una niña sola, muerta de dolor y estigmatizada.

Que la muerte te lleve pronto, pequeña.

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