Blog_Dra.-Paula (80)
Blog de la Doctora Paula
Medica especializa en Medicina Física y Rehabilitación trabaja en el servicio de Rehabilitación del Hospital Universitario de Fuenlabrada
Bébédjia, a 21 enero de 2022
Que la Lumière soit
Es fácil imaginarse unas horas sin luz. ¿Quien no ha vivido un apagón?
Un día es más complicado; las cosas del frigorífico se estropean, no se puede poner la lavadora ni el friegaplatos, imposible cargar los móviles, no funciona el WIFI…
Extrapolad eso a un hospital. Y que solo puedas tener electricidad unas 6 horas al día, durante todo el año, gracias a un grupo electrógeno. Esto supone un gasto inasumible en combustible pero, sobretodo, tiene unas repercusiones médicas, clínicas y asistenciales nefastas.
En Saint Joseph no disponemos de oxigeno o respiradores, no podemos intubar a los pacientes en quirófano pero si hay que monitorizarlos durante las intervenciones. Para intentar paliar parcialmente la imposibilidad de ofrecer a los pacientes oxigenoterapia, enganCHADos ha ido llevando, en las distintas expediciones, concentradores de oxígeno. Estos dispositivos médicos alimentados por electricidad, extraen aire del medio ambiente y logran concentrar el oxígeno hasta alcanzar concentraciones terapéuticas para administrarlo al paciente, en nuestro caso a través de unas gafas nasales.
Esto permite que se desarrollen las cirugías y, en el caso de la pediatría, los niños graves (con anemias severas tras malarias repetidas) sobreviven mientras tienen este aporte extra de oxígeno. A la hora o dos horas de haberse apagado la luz, fallecen.
Ver esto día a día es insoportable. Aceptar que se mueran los niños por falta de medicación o de medios extraordinarios es complicado, pero que se mueran por falta de energía eléctrica, es trágico e inaceptable. Por eso ha sido nuestra prioridad solucionar el tema del voltio.
En 2016, una ONG Italiana, con fondos de la Unión Europea instaló una planta fotovoltaica en el hospital que funcionó unas semanas para, posteriormente, dejar de funcionar correctamente. Estuvo proporcionando unas 4-8 horas de energía eléctrica al día hasta que dejó de funcionar por completo el 12 septiembre de 2018. Intentamos ponernos en contacto con las personas responsables de la instalación para que mandaran a un técnico/Ingeniero, pero nunca hubo respuesta. La ONG había desaparecido del mapa. La empresa de los equipos tampoco ofrecía ninguna solución.
Ahí empezó la odisea solar.